Como resultado de sus recurrentes problemas financieros, la Chicago Transit Authority ha estado considerando algunas opciones poco populares incluyendo recortes en sus servicios y aumentos en la tarifas. El mes pasado, la Regional Transportation Authority aceptó sacar de sus apuros immediatos a la CTA, pero los oficiales advierten que habrá penurias presupuestarias similares -y quizás hasta mayores- en el 2006 y años posteriores.
En un esfuerzo por identificar maneras de reducir costos, mejorar operaciones y aumentar los ingresos, la CTA ha estado buscando soluciones con la agencia de consultoría AECOM. Algunas de las opciones que han sido sugeridas incluyen exportar servicios, aumentar las ventas de publicidad, cambiar las regulaciones para el trabajo unionado, y vender a corporaciones los derechos para poner nombre o titular líneas de tren o de estaciones.
El debate sobre estos derechos a poner nombre, ya sea a un querido estadio deportivo, un museo, o a edificios o líneas de transportación que son propiedad pública generan fuertes sentimientos de oposición. Los críticos acusan a las corporaciones de tratar de comercializar instituciones.
Si ya hay tanto aviso publicitario en autobuses, trenes y estaciones, ¿cuánta diferencia haría cambiar los nombres de estas entidades? Teniendo en cuenta el dinero que los contribuyentes le dan a las compañías a través de subvenciones corporativas ¿porqué no tomar este dinero devuelto? Del mismo modo ¿habrá otras opciones que la ciudad debería considerar como reducir las tarifas para aumentar el uso de la transportación?
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Para más información, contacto Kristin Millikan at 312.422.5580.