La industria de la publicidad ha sido criticada por perpetuar un estándar de belleza inalcanzable. Las mujeres son imposiblemente delgadas, sus bustos son imposiblemente grandes. Los anuncios publicitarios han sido cuestionados por contribuir con la baja autoestima y desordenes alimenticios.

Una nueva serie de anuncios de Jabónes Dove muestra “mujeres promedio.” Muchas mujeres aprueban los comerciales de Dove en los que las modelos se parecen más a reflejos de ellas mismas.

Al mismo tiempo, algunas personas se oponen a los anuncios, expresando disgusto y prometiendo nunca comprar un producto que las haría sentir “promedio.” ¿Deberían las compañías utilizar imágenes que acertadamente reflejen la población nacional en términos de raza, edad, y peso? ¿Se debería responsabilizar a las corporaciones por su influencia social?

Las imágenes son herramientas poderosas en el mundo de la publicidad. Es mucho lo que se revela de nuestra cultura y de nosotros como individuos a través de las respuestas que producen estas imágenes. La controversia generada por la más reciente campana del producto nuevo de Jabones Dove nos recuerda como la publicidad refleja, revela, e influencia nuestra sociedad.

¿Que dice de nuestra cultura la reacción violenta y ampliamente difundida en contra de este anuncio publicitario? ¿Hay algo mas profundo en todo esto?

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