Con los líderes de los siete países más ricos del mundo preparándose para reunirse próximamente, ha asomado su cabeza nuevamente el tema del alivio a la deuda externa de los países más pobres. Aunque los miembros del llamado grupo G7 han alcanzado un acuerdo tentativo para proveer alivio parcial a la deuda, muchos de los detalles aún quedan por discutirse. Existe, sin embargo, poca duda de que este gesto del mundo desarrollado tendrá un impacto inmediato en la habilidad de las naciones prestatarias para satisfacer las necesidades de sus poblaciones.
En la práctica, el alivio de la deuda parece una idea sencilla con resultados evidentes. Las negociaciones entre los principales países donantes y las principales instituciones prestamistas como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, sin embargo, han revelado una variedad de temas y preocupaciones que deben atenderse antes de que el plan pueda ser implementado.
Las naciones donantes se muestran cautelosas ante los pedidos de que aumenten sus contribuciones a las organizaciones prestamistas, mientras que las organizaciones prestamistas están preocupadas de que perdonar los préstamos reducirá su habilidad de hacer préstamos a gobiernos que estén dificultades en el futuro. ¿Cuál es la mejor manera de atender los insostenibles niveles de deuda de muchas de las naciones del mundo, a la vez que se mantiene la habilidad del mundo desarrollado y de las organizaciones no gubernamentales para responder a las necesidades que surjan en el mundo desarrollado?
Los artículos de esta semana
- Nubes de Tormenta Amenaza a la Economía Mundial
- La Deuda del Tercer Mundo
- El Entorno Económico y La Agricultura
- Un Llamamiento Jubilar a poner fin a yugo de la deuda que oprime a los pueblos enpobrecidos
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